'Destino Final': Un repaso a las muertes más impactantes de la saga, ordenadas de peor a mejor

La saga 'Destino Final' ha construido su leyenda gracias a la inventiva y el suspense de sus muertes en pantalla, transformando lo mundano en auténticos momentos de terror cinematográfico. Desde su debut en el año 2000, cada entrega ha buscado superarse en creatividad, con escenas que se han quedado grabadas en la memoria colectiva de los fans del género. Por eso, hacer un repaso por sus mejores y peores muertes es una tarea casi obligada para entender el fenómeno que representa la serie.

La lista comienza con las escenas menos impactantes, como la muerte en la bañera de la primera película, que si bien inauguró la serie, resultó más predecible que otras. A medida que avanzamos, encontramos momentos icónicos como el accidente de tráfico de la segunda entrega, que muchos consideran la mejor apertura de toda la saga, o la célebre secuencia de la montaña rusa en la tercera parte, que elevó la tensión al máximo. No podemos olvidar la muerte por el rayo láser en el salón de belleza, una de las más comentadas en foros y redes sociales por su inesperado desenlace, ni la trágica caída de una plancha de vidrio en la quinta película, que sigue siendo recordada por su brutalidad.

Entre las muertes más memorables destacan la decapitación por cable en la autopista, la sucesión de accidentes en cadena y el célebre accidente de avión que dio origen a la saga, escena que, para muchos, es la más aterradora y realista de todas. Como citaba uno de los personajes: “La muerte no se puede engañar”. Cada una de estas secuencias ha conseguido sorprender incluso a los espectadores más curtidos, impulsando el éxito de la franquicia y su permanencia en la cultura popular.

En definitiva, 'Destino Final' ha sabido reinventar el terror en cada película, dejando momentos para el recuerdo y demostrando que, a la hora de sorprender al público, la creatividad no tiene límites. Su legado son esas escenas que, ordenadas de peor a mejor, ofrecen un espectáculo tan morboso como adictivo para los seguidores del cine de horror.