‘American Psycho’ cumple 25 años y sigue tan perturbadora como siempre: el guiño de Christian Bale que pocos notaron

Hace 25 años, ‘American Psycho’ llegaba a los cines para dejar huella con su retrato despiadado de la superficialidad y el materialismo extremo de la sociedad moderna. Basada en la polémica novela de Bret Easton Ellis, la cinta dirigida por Mary Harron se convirtió rápidamente en un clásico de culto, en gran parte gracias a la actuación de Christian Bale, quien encarnó a Patrick Bateman con una intensidad y una ironía que pocos lograron percibir en su momento.

Bale, consciente del tono satírico de la historia, volcó en su personaje una serie de gestos muy sutiles, casi imperceptibles, que hoy se leen como bromas internas dirigidas al espectador. De hecho, la propia Harron ha asegurado en entrevistas que “Christian Bale se estaba riendo claramente de ellos”, en referencia a los ejecutivos y espectadores que se tomaban demasiado en serio el mensaje de la película. Esta ambigüedad ha permitido que ‘American Psycho’ no envejezca: sus escenas más impactantes, como la icónica secuencia del hacha o la obsesión por las tarjetas de visita, siguen siendo objeto de constantes análisis y memes en redes sociales.

Otro de los motivos por los que la cinta sigue vigente es la manera en que aborda temas que siguen siendo actuales, como la alienación y la obsesión por la imagen. El monólogo de Bateman, en el que reconoce: “No hay una idea real de mí”, resuena aún hoy en la era de las redes sociales y la autoimagen digital. Además, la transformación física de Bale para el papel y sus gestos exagerados se han convertido en referente actoral. Incluso Christian Bale ha dicho en más de una ocasión que Patrick Bateman es uno de los papeles más complejos y divertidos que ha interpretado: “Era divertido ver hasta dónde podía empujar la sátira sin que los demás se dieran cuenta”.

El legado de ‘American Psycho’ se mantiene no solo por la calidad de su guion y dirección, sino por la capacidad de su protagonista para reírse tanto del personaje como de quienes no supieron ver más allá de la violencia. Así, a 25 años de su estreno, la película sigue conquistando nuevas generaciones, confirmando que el humor negro de Bateman no tiene fecha de caducidad.